No dejo de mover las sillas, en la habitación.
He estado en el piso de arriba y, también,
En la azotea. Al de más abajo
No he querido ir.
Recuerdo un día, cuando las sillas
Tenían un lugar
Tenían un lugar
Propio y
Eran bonitas. También me gustaba
Esta habitación.
No así,
Los hombres son más bonitos
Airados y de pie.
Los hombres sin esquinas ni sillas
Me gustan más.
Y yo sigo con el idiota afán
De encontrar un lugar para mi silla.
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