A Antonio
Qué vergüenza nuestras voces
Sin dolor.
Qué dolor tan doméstico
El nuestro.
Qué ojeriza de niñito informa
Nuestras voces,
Con esas pataletas que
Nos inflaman, que inflan
Nuestros orgullosos cuellos de paloma,
Con gorgoteos....
-Sí, nos celebramos!-
Porque somos sensibles y comprometidos...
Porque somos sensibles y comprometidos...
La vanidad indulgente.
El bofetón
Que restalla en la cara,
Sin piedad, con
Cristales como la úlcera duodenal,
Que es la realidad
Del buen poema,
-Dime: ¿Qué estamos haciendo?!-
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